Una de las sintomatologías poco estudiadas pero de gran impacto en el quehacer cotidiano de las sociedades es la logofobia. Personas que al hablar parecen diccionarios mal editados; personas que, apelando a un derroche de términos, se expresan exóticamente; personas que parecen más decoradores de ambientes que sujetos que desean comunicarse; personas que se declaran a sí mismos jueces de las expresiones de otros, argumentando que dañan el lenguaje; personas que creen que las palabras son huérfanas y sin historia, por tanto las "usan" como les nace; personas que se muestran socialmente como una jeringonza ambulante; personas que al hablar les "da lo mismo ocho que ochenta"...
Logofobia: Aversión a todas aquellas expresiones que no permiten que potenciemos nuestro ser social.
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